Confianza. La esencia misma de la amistad. ¿Tenés algún amigo en el que puedas confiar completamente? Poner las manos en el fuego por él… ¿y no quemarte?
¿Sabes? Antes de preguntártelo me lo pregunté a mí misma. ¿Tengo algún amigo en el que pueda confiar al ciento diez por ciento? Un montón de imágenes y diferentes situaciones de juntaron en mi mente y te quiero compartir tres.
Era preadolescente y tenía una super amiga. Nos escribimos como mil cartitas de “4ever friend”. Pasó el tiempo y llegó un día en el que me dijo: “La vida nos llevó por diferentes caminos y creo que, como no tenemos los mismos valores, no podemos seguir siendo amigas”.

Otra imagen es la de mi hermana, no de sangre. Mi hermana de alma. Cuando peleábamos de pequeñas, era como si me clavaran un cuchillo. De verdad me dolía estar lejos de ella. Pero el tiempo, ese malvado, también se metió y nos alejó. Hubo un par de años en que la calle de mi casa parecía tener varios kilómetros y era imposible cruzar. Pero llegué. Golpeé su puerta después de una década sin hablar y renació una amistad. Entre mate y mate nos damos cuenta cuánto cambiamos y nos vamos conociendo nuevamente.

El tercer amigo que recuerdo también lo conocí de chica, de bebé diría yo. Le contaba todo y él siempre me escuchaba atento. Fuimos compañeros, íbamos juntos para todos lados. Pero me enojé, no lo entendía y le dije que se fuera. Años después, triste de haber sido tan tonta lo llamé, le pedí perdón y ahora somos amigos de nuevo. ¿Sabés algo extraño? Él conocía todo lo que me había pasado el tiempo en que estábamos peleados. Estuvo cerca, cuidándome durante años sin que lo supiera. Ahora puedo charlar con él, me aconseja y ayuda cuando lo necesito. Pero lo más lindo es que puedo confiar en él al 110 por ciento. El tiempo pasó, las cosas cambiaron, yo no soy la misma, pero su amistad siguió tan cual. Sé que pase lo que pase nada me va a separar de él. ¡Es lo máximo! Sé que puedo ir con él hasta el fin del mundo, porque siempre va a estar ahí para defenderme.

Soy tan feliz de tener a mi amigo conmigo que, en lugar de guardar su amistad, la quiero compartir. Él quiere ser tu amigo también. Cuidarte y acompañarte. Pase lo que pase, nada te va a alejar del amor de Dios. La amistad más segura. El amigo más confiable.

 

anapaula.bengochea@sdrlive.com.ar

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